RESILIENCIA ANTE SITUACIONES DE DESASTRE 153 Resiliencia La psicología es una disciplina relativamente joven, por lo que retoma términos de la física para explicar algunas ideas relativas al comportamiento humano, por ejemplo, energía, presión, depresión, estímulo. Eso mismo sucedió con la palabra resiliencia, que en física sirve para referirse a la característica de algunos metales que al ser sometidos a una fuerte presión, se observa que al cesar esa fuerza, regresan a su forma original (Carter & McGoldrick, 1989). La psicología utilizó la misma palabra para explicar el comportamiento de ciertas personas que después de vivir una fuerte crisis, pueden reponerse del impacto y seguir funcionando e incluso, crecer después de la crisis (González, 2010). Valeria Schwalb (2013) comenta que “la resiliencia es la capacidad con la que todos contamos, una herramienta muy poderosa que puede conducirnos a cambiar el modo de vivir nuestra realidad, y de entender los procesos de la vida” (p. 50). Para aumentar la comprensión en el significado de este concepto recurrimos a Edith Grotberg (2006), quien señala que la resiliencia “es la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas” (p. 63). Por su parte, Saavedra, Salas, Cornejo y Morales (2015) señalan la importancia de enseñar a las educadoras y maestros cómo construir resiliencia en los niños desde preescolar hasta los jóvenes en la universidad. Herencia o aprendizaje de la resiliencia El psiquiatra y psicoanalista mexicano Santiago Ramírez, graduado como médico en 1945, escribió casi 30 años después el libro Infancia es Destino (1974), cuya propuesta determinista sugiere que los problemas y las crisis vividas durante la niñez, marcarán de manera indeleble la vida del adulto. La práctica analítica de Ramírez deriva de
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