CUIDADO DEL CUIDADOR: UN MODELO DE TERAPIA GRUPAL... 193 La tercera parte del libro de trabajo consta de cinco capítulos, a través de los cuales, se guía al lector hacia la formulación de un plan de autocuidado personalizado. Parte del supuesto de que, con el trabajo en los capítulos previos se ha sensibilizado lo suficiente al participante para llevarlo a tomar la decisión de hacer cambios concretos en su vida. Los componentes claves para la formulación de este plan son: A. Incrementar el grado de atención y consciencia. Consta de tres recursos o tareas, a partir de los cuales se invita al participante a sintonizarse con el proceso de cambio y a comprometerse en este sentido. Se parte del principio de que la solución a un problema comienza con el reconocimiento del mismo. Enseguida, se proponen dos ejercicios fundamentales: en primer lugar, aprender a detectar los principales factores contextuales causantes de estrés; en segundo lugar, se solicita al participante que aprenda a detectar sus propios síntomas de desgaste. A través de ejercicios estructurados, esta primera parte consiste de tareas reflexivas que apuntan a desarrollar el hábito de focalizar la mirada hacia el exterior, donde se ubican los problemas, de manera que sea más comprensible el origen del malestar; mientras que, al estimular la mirada hacia el interior, se busca contrarrestar la adaptación y normalización de los propios síntomas. B. Evitar el aislamiento. A través de una de las premisas fundamentales de este modelo, se asume que la creación y mantenimiento de una red social significativa es un elemento protector y profundamente reparador, mientras que el aislamiento –que puede tomar forma de relaciones interpersonales destructivas o de ausencia de vínculos emocionales constructivos– actúa en detrimento de la salud mental en general, genera en el cuidador un mayor grado de vulnerabilidad y riesgo de padecer FC.
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