Estrés postraumático causado por sismos Bases teóricas 54 f) Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo, o bien, interfieren de manera notable con su capacidad para llevar a cabo tareas indispensables, por ejemplo, obtener ayuda o recursos humanos necesarios explicando el acontecimiento traumático a los miembros de su familia. g) Estas alteraciones duran un mínimo de dos días y un máximo de cuatro semanas y aparecen en el primer mes que sigue al acontecimiento traumático. h)Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (drogas o fármacos) o a una enfermedad, no se explican por la presencia de un trastorno psicótico breve ni constituyen una mera exacerbación de un trastorno preexistente en los ejes I o II. Los factores que contribuyen a modular la intensidad de la respuesta al desastre son la capacidad de control que tiene el sujeto sobre la situación misma, la capacidad de predecir el hecho, la amenaza percibida, cuando el hecho se acompaña de alguna pérdida, o bien, cuando el sujeto siente que fue incapaz de minimizar el daño a terceros, o cuando aparecen sentimientos de culpa o de humillación por lo ocurrido, se acentúa la intensidad de la respuesta emocional ante el trauma (Carvajal, 2002). Si bien existe un alto número de personas expuestas a situaciones traumáticas a lo largo de su vida, solo una minoría presenta trastorno de estrés agudo o postraumático. En 1987, la prevalencia en la población general de trastorno de estrés agudo o postraumático era entre 0.5% y 10.8% para hombres y entre 1.3% y 18.3% para mujeres. Las alteraciones en la capacidad de ajuste emocional, poco tiempo después del desastre, eran un buen predictor del desarrollo de los síntomas de TEPT. La evitación y el embotamiento reflejaban la inhabilidad para adaptsarse efectivamente. Estos síntomas se asociaban
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