2. Estrés agudo 9 Respiración diafragmática Por excelencia, un evento altamente estresante cambia las respuestas fisiológicas, en especial la respiratoria, que puede ser voluntaria o involuntaria. En este sentido, una de las habilidades con las que puede contar el usuario es realizar ejercicios de respiración que le ayuden a estabilizar el malestar físico y emocional. Sugerimos que el psicoterapeuta solicite al usuario colocar una mano en su pecho y la otra mano en su abdomen para distinguir la respiración diafragmática de la torácica; la respiración primera se realiza intentando llenar de aire los pulmones hasta el abdomen y haciendo respiraciones profundas, mientras que la segunda es más superficial. Se recomienda pedir al usuario intentar mover sumano usando este tipo de respiración inhalando en cuatro segundos, haciendo una pausa de dos segundos y exhalando en ocho segundos. Este ejercicio promueve una respiración calmada y profunda. La lógica de que la exhalación tome el doble de tiempo que la inhalación tiene que ver con que, en ocasiones, los síntomas de ansiedad hacen que las personas hiperventilen y puedan presentar, incluso, un ataque de pánico. Se recomienda al usuario llevar un autorregistro del número de respiraciones por minuto para notar que el malestar emocional tiende a incrementar su número de respiraciones; los ejercicios de respiración diafragmática tendrán un efecto directo en el número de respiraciones por minuto (Smith, 2009).
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