Psicoterapia

En México nos enfrentamos altos niveles de estrés derivados de la penetración del narcotráfico, y el incremento de la exposición de eventos violentos. Además, en la zona conurbada, la vida rápida, los traslados extensos, y las dificultades económicas sobrecargan a las personas de síntomas físicos como dolores de cabeza, tensión muscular, gastritis, cansancio, entre otros. Hay personas que son especialmente vulnerables al estrés y que pueden aprender técnicas para mejorar el sueño, permanecer optimistas, relajarse, y ser más felices.

Así mismo existe un grupo de personas que se exponen a eventos violentos, presencian un accidente, muerte, o son víctimas de un asalto o un secuestro, las cuales pueden desarrollar el trastorno por estrés post traumático. Después de un evento altamente estresante como un sismo, o un accidente, es normal estar bastante nervioso, pero hay personas que después de tres meses del evento no logran recuperarse, siguen teniendo pesadillas, los recuerdos los interrumpen todo el tiempo, y empiezan a generar síntomas de depresión y de ansiedad muy elevados. La terapia de exposición prolongada, y la Psicoterapia Cognitivo Conductual son las técnicas que más evidencia han demostrado para tratar estas problemáticas.

Fobias, ataques de pánico, fobia social y ansiedad por enfermedad.

Los trastornos relacionados con la ansiedad son de los más frecuentes en la población mexicana. Es muy común encontrar que las personas tienen miedos, sin embargo algunas de ellas no pueden funcionar adecuadamente porque temen salir de su casa, temen tener síntomas de ansiedad, temen estar lejos de un lugar seguro, entre otros. Los ataques de pánico son el trastorno de la ansiedad agudo que se caracteriza por episodios breves, donde los síntomas son muy desagradables. Las personas que desarrollan fobia social no son solamente tímidas, tienen síntomas muy importantes que les impiden hablar en público, hacer nuevos amigos, conocer a una pareja, exponer sus ideas, entre otras, y muchas de las veces esta incapacidad de tener interacciones con los demás puede generar en el largo plazo síntomas de depresión.

Hay un grupo de personas que generan una ansiedad desbordada ante la posibilidad de imaginarse que tienen una enfermedad grave. En el pasado se llamaba hipocondria, actualmente conocida como ansiedad por la enfermedad es un padecimiento que puede generar: conductas de evitación hacia el pedir ayuda, o por el contrario, innumerables visitas a médicos y médicas de diferentes especialidades buscando respuestas. Tienen terror a contraer una enfermedad, entre otros.

La sintomatología depresiva, es uno de los trastornos más frecuentes a nivel mundial. Se pronosticó que para el año 2020 sería la segunda causa de discapacidad laboral. Una perdida reciente, o una temporada de varios eventos altamente estresantes, junto con factores hereditarios pueden poner en riesgo a las personas de desarrollarla. Algunas personas tardan en acercarse pedír ayuda, en ser diagnosticados así como atendidas correctamente hasta ocho años en promedio. Sus familias pueden beneficiarse también de que la persona se atienda, pues no tan que está irritable, aislada, ha perdido la ilusión de vivir. Tanto el paciente como sus familiares notarán cambios importantes una vez que la persona supere el episodio. Hay que estar especialmente atentos en los adolescentes quienes pueden pensar en el suicidio, el cual a veces está relacionado con depresión, o con momentos de alta impulsividad, consumo de alcohol, conflictos familiares, o ruptura con la pareja.

En muchas películas podemos observar la parte divertida del trastorno obsesivo-compulsivo, pero también la parte oscura. Más del 70% de las personas que tienen trastorno obsesivo-compulsivo no lo saben, creen que es común pasar más de dos horas al día limpiando, verificando mentalmente, preocupados por la contaminación, por el orden, por la simetría, por el peso, por las medidas corporales, entre otros. Algunas personas tienen obsesiones de daño, religiosas, o sexuales, que no pueden quitarse de la cabeza y les causan un nivel altísimo de malestar. A través de rituales complejos intentan neutralizar las obsesiones, las cuales suelen subir o bajar depende del estrés medioambiental. La terapia de exposición y prevención del ritual, junto con la Psicoterapia Cognitivo Conductual son las que tienen mayor evidencia para poder controlar y cambiar la vida de estas personas para bien.

Es frecuente encontrar a partir de los seis años niños y niñas que tienen problemas consistentemente con la inatención, hiperactividad, y en algunos casos niños que presentan oposición y desafío a la autoridad. Si bien es cierto que los estilos de crianza tienen una influencia muy importante, también hay que darle a la familia y al niño habilidades para controlar los altos niveles de impulsividad, manejar de una manera más adecuada el enojo con habilidades de comunicación, y técnicas para reducir la urgencia de responder.

Hemos visto en los últimos años un incremento muy importante en las personas que se autolesionan. Esto puede ser a través de cortes, golpes, o quemaduras. Puede haber un componente de contagio sin embargo, un grupo de personas lo hacen para intentar autorregularse. Quieren sentir algo cuando sienten un vacío muy grande, quieren alejarse del dolor, y es importante que sepan que existe un tratamiento, no basado en el desahogo sino en desarrollo de habilidades, donde pueden manejar los problemas que se les presentan sin hacerse daño.

El peor de los desenlaces de todos los trastornos mentales es el suicidio. Los jóvenes entre 15 y 24 años son quienes más mueren por esta causa, especialmente los hombres que utilizan métodos más letales.

El suicidio está particularmente relacionado con los síntomas de depresión, y muchos jóvenes y adultos dan señales de qué están pensando en él. Es importante no dejar pasar señales en donde la persona manifieste que preferiría mejor estar muerta, y apoyarles a manejar la depresión, probablemente con el acompañamiento de un tratamiento farmacológico.

Si bien es cierto que ahora hay un trabajo desde las habilidades emocionales, el mejor predictor de éxito terapéutico es trabajar con los niños y con sus familias para entrenarlos a entender en qué consiste la problemática que presentan, y brindarles herramientas basadas en la evidencia para poder ser más felices. Los niños y adolescentes frecuentemente presentan trastornos de la ansiedad, problemas para controlar el enojo, o se enfrentan a eventos altamente estresantes como el divorcio de sus padres, el cambio de casa, una nueva escuela, vivir acoso escolar, perder a un familiar de manera inesperada. Casos más graves implican un joven adolescente que vive violencia, o abuso sexual. Es importante apoyarlos para que lleguen a la vida adulta más fortalecidos y con mejores habilidades. Y que estos eventos estresantes los vuelvan más resilientes, y no los pongan en riesgo de involucrarse con el consumo de sustancias.